Como todos los miércoles, acompañamos a los trabajadores del Hospital de Bellvitge en el corte de la Gran Vía y por la tarde volvemos a dirigirnos a la sede de CIU. Probablemente nos oyeron jalear nuestros vítores y el estruendo de cacerolas, pitos, tambores, cencerros y todo tipo de elementos sonoros, porque al llegar la persiana estaba bajada. Nos costó poco levantarla... En el interior una persona miraba unos papeles con mucho interés, ignorando nuestra presencia, tan evidente para él como para los vecinos de los pisos del edificio que salieron a las ventanas.
Seguidamente nos dirigimos al Ayuntamiento, donde se exigió la presencia de la alcaldesa.Tardó poco en bajar, dar el discurso electoral que tocaba (le vino muuuy bien que se la reclamara, recordemos que estamos a cuatro días de las elecciones); "estoy con vosotros" "siempre defenderemos la sanidad pública" etc., etc... Y lo que no entendí son los aplausos de l@s vecin@s..., pero bueno, es una opinión personal.
En la asamblea, al acabar la manifestación, se habla de aunar fuerzas en defensa de la sanidad pública en toda la ciudad, para lo que se podría elaborar un díptico común y hacer encuentros con otros barrios también afectados: Santa Eulalia, Sant Josep, Gornal.... y los que están por caer...
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